Una compañera de trabajo llevaba tiempo dándole vueltas a una caja de madera a la que tiene mucho cariño pero a la que quería darle un "cambio de aires". Me daba miedo empezar, ya que debido a la forma que tiene, pensé que era mejor hacerle una especie de decapado (aún estoy aprendiendo con las pinturas y las tintas) que forrarla de papel. En lo que no tenía dudas era en la decoración, ya que conozco sus gustos: colores marrones y cremas, mariposas, flores de tela con brillantes, perlas...